Construyendo mis proyectos

Damaris Castillo Estrella



damaris.cases@hotmail.com

 La historia de mi vida...

Nací el 29 de agosto de 1995 en ciudad Madero, Tamaulipas, México. Mis padres son María Guadalupe Estrella Soto y José Enrique Castillo Ochoa. Soy la tercera hija de tres mujeres.

En el embarazo todo iba muy bien hasta que cuando tenía 6 meses mi mamá padeció unas complicaciones y corría el peligro de un aborto, gracias a Dios y a los doctores fue atendida y pasó el peligro y se pudo recuperar correctamente. Cuando fue mi llegada todos se alegraron porque me esperaban con ansias, mis hermanas jugaban a que yo era su muñeca y un día a una de ellas me sacó de la cuna y me tiró. Era una niña muy alegre y sonriente y en la iglesia mucha gente me quería cargar y se encariñaban conmigo porque no era llorona y me iba con todos. Desde que nací me chupada el dedo hasta los 6 años. Era muy traviesa me metía a jugar adentro de la alacena y ahí me escondía.

Mi tía tenía un negocio debajo de donde nosotros vivíamos y me gustaba mucho bajarme con ellos a comer porque cuando no me gustaba lo de mi mamá mi tía me hacía lo que si me gustaba, también me ponía a jugar y alado de la grabadora me ponía a cantar las canciones de la radio.

En la iglesia me gustaba mucho pasar a cantar y lo hacía con mucha seguridad y muy bien, no me daba pena y lo disfrutaba. Mi mamá me llevaba con los enfermos a cantarles y siempre cantaba la misma canción que se llama “Jesús volverá” y los hacía llorar. Con el paso del tiempo deje de practicarlo y fui perdiendo la seguridad y la entonación.

Teníamos una señora que le ayudaba a mi mamá en la casa y era muy paciente conmigo, se reía mucho y me chiflaba bastante. Yo era la última en terminar de comer siempre, me quedaba en la mesa horas por que no me quería terminar la comida y mi mamá me decía que no me podía para hasta que me acabará todo y Marilú  se quedaba conmigo en la mesa dándome de comer jugando al avioncito hasta que terminará.              

Desde el Jardín voy en el Colegio Constitución Mexicana y soy adventista de nacimiento. Me gustaba mucho estar en el Jardín y fue una etapa muy bonita. Admiraba a mis maestras, me gustaba ir a la escuela. Lo que mis maestras me enseñaban yo lo hacía con mis muñecas jugaba a que eran mis alumnas.

En la primaria siempre me gustaba sacar buenas calificaciones y tengo un amigo que va conmigo desde el kínder y estuvimos juntos hasta la preparatoria y siempre en todos los años nos la pasábamos compitiendo los primeros lugares de los promedios. Pero siempre nos llevamos bien hasta la fecha somos mejores amigos.

Me gusta mucho viajar desde pequeña, conocer nuevos lugares, y aprender cosas nuevas. Pero sobre todo reunirnos en familia en diciembre esos momentos son muy bonitos y desde chica tengo recuerdos de cada vez que nos reuníamos. Es bonito pero también triste ver que los años pasan volando y darse cuenta que cada vez que nos reunimos hay cosas diferentes en nosotros, que los años van pasando  y la familia aumentando.

Mis hermanas se fueron de la casa a estudiar a distintas partes así que básicamente fui hija única por 7 años. 

Cuando entre a la secundaría, me di cuenta de que los alumnos eran ya muy diferentes y ahí reafirme que quería estudiar para maestra pero de preescolar porque me gusta más cuidar y enseñar a los niños de esa edad se me hace una edad muy bonita y ya las demás edades van creciendo y volviéndose más rebeldes y tremendo y en la secundaria lo note más.

En la iglesia mi mamá era la coordinadora de los departamentos infantiles y cuando faltaba una maestra de jardín siempre quería dar la clase yo pero me veían aún muy chica y solo a veces me dejaban reemplazarla.

  En la preparatoria se casó mi hermana la mayor y se fue a vivir a aún más lejos y después de un año de no verla para nada pude irla a visitar.

Mis papás decidieron cambiarse de iglesia después de haber estado 8 años en esa iglesia y me puse triste porque no quería irme pero sabía que mis papás estaban decidiendo lo mejor y así fue. Llegamos  a una iglesia más chica a poyar y ahí si me dieron a cargo un salón de infantes y los sábados por las tardes íbamos a darles estudios bíblicos a unas familias y yo reunía a todos los niños de la colonia y les enseñaba historias de la biblia y les ponía actividades. Eran muy tremendos pero me gustaba estar con ellos. Después termino el año en ese lugar y  fuimos a otro más pequeño a apoyar también y abrimos una filial y ahí también me encargué de los niños más pequeños y hasta la fecha estamos ahí. Me dio tristeza despedirme de ellos pero lo bueno es que pronto los podre visitar y ver lo mucho o poco que ya han crecido.

Hace poco se graduó mi otra hermana  pudimos ir a verla a su graduación y fue una experiencia muy grata e inolvidable. Así mismo me gradué yo también de la prepa y fue algo triste porque me despedí de mis amigos de varios años y termine una etapa de mi vida. Pero también ya no quería seguir en  esa escuela.

Ahora me vine a estudiar a la Universidad de Montorelos y estoy comenzando una etapa muy diferente a las demás pero espero que sea mucho mejor.

En lo personal pienso que Dios es muy maravilloso conmigo por todas las experiencias que me ha dado a lo largo de mi vida. Él sabe cuál es mi propósito y mi destino y espero que con mi carrera pueda estar al servicio de él y de los demás. Sé que aún me falta mucho por vivir y espero que siga disfrutando y siga teniendo esa entrega y ese amor por lo que hago. Qué a través de mi profesión pueda ser una bendición para los que se topen en mi camino.

GEMA DEL ESPÍRITU DE PROFESÍA:

Capítulo 56  Dejad los niños venid a mí:

Si queremos vivir en comunión con Dios, nosotros también podemos esperar que el espíritu divino amoldara a nuestros pequeñuelos, aun desde los primeros momentos.

Es nuestro deber enseñarles desde los primeros momentos una buena formación que dure  por el resto de su vida.